masqueC2-I
poemas
cosas que deben ocurrir
Venezia, en el corazón de su noche
poesía sonora
videopoemas
publicaciones
Cosas que deben ocurrir (1992-1999)



Venezia, en el corazón de su noche

Cantata


Existe un lugar en Venecia
que los siglos han desertado
Escondido en el hueco de las calles y de los canales
no revive sino en la noche del misterio
en el corazón de las búsquedas insondables
que desbordan de las leyendas para caer
en la realidad


*   *
*


Las dos lunas que bailan entre los puentes
se embriagan de los chapoteos y de los suspiros
y la góndola se hunde en el corazón de la noche


*   *
*


Sentado al lado del león, el marino esperaba
el moro o el gentilhombre de fortuna
La república de Venecia nutría las enigmas
los príncipes de Carnaval et los títeres ahogados
Las clavículas de Salomón dormían desde hace siglos
pero el franciscano de São Paulo conversaba aún
con Schmuel, el sabio de los tinteros de plata
Las góndolas volaban a través de las nubes
las serenatas cantaban a devorar toda melancolía
y las mandolinas temblaban siguiendo el romance
El café de la vía San Pietro se apagaba
sobre los marinos en tierra y los padrinos amargos
Sentado al lado del león, el maltés esparaba todavía
el turco o el derviche que lloraba bailando
y los misterios de la llave que abre otros mundos
De pronto la torre de Pisa se alargó
y las aguas subieron en la laguna
El peso de los siglos iba subiendo para encontrarse con el aire
y Venecia exhumaba sus tesoros y sus crímenes
Detrás de las máscaras, las linternas brillaban
pero Don Juan no se dignaba en mostrarse
El franciscano sacó la piel y los escritos
Schmuel murmuraba una oración a través de la lupa
contemplando la piel humana grabada
Pero las clavículas se reían sarcásticamente del fondo de su sueño
Yo buscaba los condes y los duques, los dogos y los timadores
y las mandolinas temblaban otra vez emborrachando
al carabinero detrás de su bigote y su esperanza de un dictador
Garibaldi despierto contemplaba el campo de batalla
El franciscano dormitaba sobre el papiro bordado de un abraxas
Y el gondolero se balanceaba aún esperando
a Corto Maltese y Gengis Khan
Entonces el tiempo, cansado, se durmió


*   *
*


Las dos lunas que arfaban entre los puentes
se adormecen en los susurros y las brumas
y la góndola hunde su corazón en la noche


*   *
*


Detrás de la plaza San Marco, entre los rayos de luna
y los del sol bañado en la laguna
una plaza escondida aparece cada año
como una fugaz reminiscencia del pasado
y del futuro


*   *
*


Sentado al lado del marino, el león esperaba
la continuación de los misterios de Venecia
Después de la noche caída, el Príncipe criminal
vagabundeaba otra vez en los canales
declamando sus madrigales
Las góndolas enmascaradas llevaban a la muerte
a los jóvenes trovadores burlando los grandes señores
Y Schmuel descifraba entre dos abraxas
las huellas de las clavículas perdidas
El franciscano soñaba con los tesoros sepultados de Eldorado
y Corto buscaba la logia de Hermes
Luego las ondas tomaron el tiempo, la voz del
Duce
retumbó y las mandolinas se ahogaron en las aguas
Los lobos que maniobraban las góndolas
invadieron las calles y los puentes
y los suspiros tomaron el poder
Los haces del sol palidecieron frenta a la impudencia
Las tinieblas se rierón de sarcasmo y reinó el caos
El franciscano seguía descifrando la piel
y el viejo Schmuel soñaba con las minas de Salomón
Las logias meditaban sobre el desorden cósmico
y el derviche bailaba bajo las medialunas
Corto miraba el marino, sentado al lado del león
en la plaza San Marco esperando el día
Algunos carabineros ahogaban su pena
con sus opositores, y las mandolinas lloraban
bajo las aguas cargadas de vergüenza y de desdicha
«
La lumière entre en sa nuit1 » me dijo el franciscano
deshojando la cábala y la alquimia
Bebí mi vaso de
grappa mirando a Schmuel
que dibujaba laberintos
y arranqué la piel de Venecia para sacudirla
sobre las aguas del mar, muy fuerte y mucho tiempo
El genio de las tinieblas volvió en su lámpara
y las ondas tragaron la voz del
Duce
Quedaron los escombros y los carabineros
Y la farsa retomó
Entonces el espacio, cansado, se replegó


*   *
*


Las dos lunas que sueñan entre los puentes
se evaden entre los vapores y las risas
y la góndola hunde la noche en su corazón


*   *
*


La pequeña plaza entre dos canales
espera su resurrección anual
para volver a entrar en su muerte


*   *
*


Sentado al lado de la espera, el león marinaba
en los vapores insalubres y los residuos
Una nueva revolución, una nueva decadencia
la perpetua fraternidad de las mafias
Y yo escuchaba a Paolo Conte que cantaba Caruso
Garibaldi me tuteó, escupiendo sobre los retratos fascistas
después quemamos la tontería del mundo
frente a un vaso de
grappa
«
La nuit entre en sa terre2 », dijo el franciscano
a Schmuel que veía las minas de Salomón
en el corazón de Eldorado, consumiéndose
hasta engullir a Corto, a Garibaldi, y a Savonarola
y todos los rebeldes huyendo la represión
Los carabineros multaron al farol del puente de los suspiros
mientrás un guerrero etíope incendiaba la bandera
Las aguas de Venecia enrojecían de sangre
y pronto engullecieron las góndolas y las máscaras
luego huyeron en el corazón de la tierra golosa
Dante Alighieri me ofreció un cigarrillo
que consumió todas mis preguntas sobre el infierno
«Puede ser peor:», me dijo el devorador de palabras
«una temporada en la tierra». Tragué la
grappa
y me desplomé sobre la mandolina de Arlequín
Un nuevo manuscrito se escapó de los abraxas
y el viejo Schmuel lo devoró sin esperar
En la logia de Hermes, el conferencista acababa
de soñar con el Opus Magnum, y los albañiles bostezaban
para llegar al cielo donde las estrellas bailaban
El
Duce despertó en medio de la basura
y las aguas de Venecia empezaron a borbotear
Corto buscaba al derviche que giraba alrededor del marino
El león de San Marco lamía su pelaje
arrancando grandes retazos de historia
El coro retomaba los madrigales de Gesualdo
que lloraba todavía su crimen en el hombro de Dante
Retome la mandolina de Romeo para ahogar en ella
el mentiroso enmascarado que huía de su commendatore
Venecia lloraba debajo del puente de los imperios
y el dogo reposaba debajo de las piedras del puerto
Entonces el movimiento, cansado, se heló en mármol


*   *
*


Las dos lunas que duermen entre los puentes
se desvanecen en el vaho y los susurros
y la góndola hunde el corazón de la noche


*   *
*


La plaza del misterio surge entre los enamorados


*   *
*


« La terre entre en son sang3 », dijo al fin el viejo Schmuel
El franciscano contemplaba las cataratas de Misiones
que rezumaban de su papiro
Gesualdo moribundo enterraba su música
Sentado sobre el león de San Marco, Corto se esperaba a sí mismo
perdido en las dunas danakiles y los mares del sur
El
Duce triunfante salía de sus basuras
para tapar con ellas al mundo y esparcir las cenizas
El miedo, el miedo nos enviscaba en el desastre
En el vaso de
grappa donde terminaba de cocer
la
pasta, los escrúpulos y la luz
hundí mi pedazo de polenta
y quemé los restos de conciencia
para hacer renacer la liberación
Los carabineros siguieron al dogo, y a las logias,
y a Don Juan, y al
Duce, y a las mafias,
para ahogarse en el lodo de los canales de Venecia
Corto tomaba el té con el franciscano
con Schmuel el viejo sabio y el viejo gondolero
pelando la memoria marchitada de los siglos de impostura
Romeo se envalentonó y agarró las clavículas de Salomón
escondidas detrás de las piedras de la escalera milagro
para regalarselas en último adios a su Julieta muerta
Habíamos agotado el alcohol de nuestras venas
Entonces la muerte, cansada, se olvidó


*   *
*


Las dos lunas que caen entre los puentes
se ahogaron en nuestros recuerdos
y la góndola desaparece en la noche de nuestro corazón


*   *
*


Venecia se adormece, pero mi corazón vela
hasta revivir en su misterio





1 «La luz entra en su noche».
2 «La noche entra en su tierra».
3 «La tierra entra en su sangre»