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El descubrimiento del huevo (1991-1992)

Los sueños del alba,
las construcciones de la noche


Siete contrasonetos

/ a
la palomita que tenías
tornasolándote la voz
de hijito solo por la guerra /
Juan Gelman


I


en el rocío de la madrugada
encontré dos huevos azules, una granada verde
plantados en medio de la sonrisa

los agarré y los revestí
de poca malicia poca virtud
y tiré cielo, mendigué vista
vino, el corazón desnudo

entonces el sol oscureció
un velo veló puerta de noche
la brisa rompió jade dormido
la luna bailó, me lamente

atrás de las arrugas de la muerte
se abrió gigante y hueco un hocico de tierra
bajo las astillas de la granada


II


bajo la lágrima del pisco
la rebelión ruge
porque, sin duda, sabe vivir

sin la risa del viento
la esperanza muerta se levanta
y, sin duda, se entrega

en el abrazo de las cosas
los despojos del baile
se reconstituyen y vibran
pero, sin duda, un tiempo para todo

por la sonrisa de restos de nave
la mar se embriaga y se retira
y el hombre se forja ilusiones
para, sin duda, unirse a ella


III

líneas y puntas
que perforan la inutilidad del tiempo
la insoportable fragilidad del espacio
el dolor del ser

puntas y líneas
que se abrevan al calor de tu cara
la inagotable riqueza de tus ojos
la dulzura del instante

puntas y puntas
que nutren el fervor de la muchedumbre
la inigualable potencia de los verdugos
el rigor de la muerte

líneas y líneas
que unen y dividen


IV

ahogué la historia en su sangre
odié todas las guerras
renuncié a todas las patrias

luché todas las luchas
y además las de mañana
las patrias me despojaron

no tengo sino mi memoria
manchada de tantas lágrimas
que se ahogaría también
para olvidarse ella misma

no tengo sino mi amor
y las caricias de tus ojos
y las fronteras de tu cuerpo
y el sabor de tu boca


V

en aquella noche me hundo
Caligula desecado
todas las brumas se parecen
a espectros del mundo veraz
siempre se ahogan al deseo
las tentaciones de amarse
todas las academias donde
se queman nuestras utopías
crearán unas leyes nuevas
para prohibir a los sueños
sembrar la muerte y encerrar
las guillotinas y cuchillas
de nuestros juegos ilícitos
que acabaron con la muerte


VI

los soldadotes y los lobos
poblaron la calle y el día
y la larga nostalgia de los desfiles
donde iremos a quemar nuestras jetas de amor

inventaremos una nueva subversión
para encender todos los ídolos de la guerra
el compás militar cederá el paso
al baile del arpa y de la flauta

y haremos desflorar las banderas
como largas antorchas para iluminar la noche

en el abrazo de esta victoria
beberemos la vida hasta el aturdimiento


VII

Te recuerdo Amanda
cuando hacías brillar
la boca de Víctor

Te recuerdo Jara
cuando hacías callar
las voces de los militares

Te recuerdo guitarra
que cantaba bajo los dedos rotos

para hacer renacer la esperanza
en el corazón de la desdicha